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divendres, 2 de desembre del 2011

ENTRENAMIENTO DE LA AGILIDAD, la gran olvidada...!

“La agilidad es la capacidad que permite al jugador lucirse ante sus aficionados”

Si el entrenamiento deportivo fuese una ciencia exacta basada en protocolos y estudios matemáticos (que NO lo es) podríamos establecer la siguiente fórmula matemática para definir la agilidad:

Velocidad + Potencia + Coordinación + Fuerza + Flexibilidad  = AGILIDAD

Pero esta simple formula nos da entender que la Agilidad es una cualidad que se atribuye a un jugador que tiene un control total de su sistema coordinativo para el desarrollo de un movimiento, desplazamiento o acción que ejecuta con rapidez, efectividad y posiblemente con gran facilidad. 


En cuantas ocasiones nos hemos referido a un jugador que manifiesta tener un nivel de ejecución muy alto con el stick, muy suelto en los desplazamientos cortos de manera que se desengancha de sus adversarios con una facilidad extrema y sin que le quiten la posesión de la bola, como un jugador rápido, explosivo, veloz, con chispa… sin duda estos adjetivos definen muy bien las habilidades de dicho jugador. Pues bien, desde un punto de vista de rendimiento deportivo este jugador podemos definirlo como un jugador ÁGIL, porque la agilidad es la unión coordinada de una serie de capacidades que puestas en una situación competitiva extrema se desarrolla en un espacio de tiempo muy corto, a una velocidad de ejecución muy elevada y sin olvidar que todo este proceso se ejecuta en los niveles más altos de eficiencia, es decir de calidad. 

Por consiguiente nos referimos a la agilidad como la capacidad de realizar una serie de acciones a máxima velocidad, desarrollando habilidades a merced de  la coordinación motora general  y sin perder la eficiencia de rendimiento. 

Cualquiera que sea la definición que concrete dicha capacidad seguramente estamos de acuerdo a qué nos referimos cuando tratamos en concepto de agilidad. Ahora bien ¿tenemos claro que el entrenamiento de esta capacidad es clave para el rendimiento de los jugadores de Hockey Patines? Imagináis un jugador con una habilidad excelente con el stick pero que no es capaz de demostrar dichas habilidades en una situación que requiere gestualidad y desplazamientos rápidos. Posiblemente este jugador no nos sirva para juego. Seguramente muchos de vosotros habéis visto en los parques y ramblas de vuestras ciudades personas que demuestran tener una gran habilidad  con una pelota en los pies, realizan infinidad de “toques”  sin que esta caiga al suelo. Quizás la gran mayoría incluso mucho mejores  que jugadores de fútbol profesionales, ahora bien, ¿qué pasa cuando estos personajes se emplazan  en un escenario que demanda competencia, incertidumbre, velocidad…? A ciencia cierta será un fracaso, y lo será porque entre muchas otras cualidades le faltará la agilidad. 

A partir de todo lo descrito, ¿Cómo debe ser el entrenamiento de la agilidad? ¿Cómo puedo diseñar ejercicios que incluyan esta capacidad? ¿Qué exigencias de entrenamiento debo cumplir? Respeta tajantemente los siguientes requisitos y lo conseguirás.

1-Ejercicios en espacios reducidos
Utilizar siempre recorridos cortos, con cambios constantes de sentido y ritmo utilizando material diverso que permita realizar los desplazamientos a máxima intensidad. Podéis utilizar espacios ya determinados de la pista como la esquina, el área del portero, o el poco espacio que hay detrás de la portería. 

2-Variedad de movimientos, desplazamientos y gestos técnicos
Los ejercicios deben incluir gestos técnicos específicos con la bola, incluso utilizando material diverso (pelotas de otros deportes, picas, vallas, raíl de sticks en el suelo…), desplazamientos realizados con variedad de posiciones (patinar adelante, atrás, agacharse, saltar…) con cambios constantes de orientación.

3-Alta velocidad de ejecución.
La intensidad de ejecución debe ser máxima tanto en la intención como en la calidad. Si no es así perderemos uno de los beneficios que proporciona esta condición, la eficiencia técnico/física.

4.- Tiempos de práctica.
Respeta los descansos, abusar del entrenamiento de agilidad puede devenir en contra. La fatiga está reñida con la agilidad. Es preferible trabajar 8’-10’ de agilidad cada día que 30’ seguidos un solo día a la semana.

“A partir de aquí diseña y plantea ejercicios donde la agilidad forme parte importante de tu programa de entrenamiento y deja que tus  jugadores se luzcan ante ti”

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